KERITY

Kerity, la casa de los cuentos” es una película de animación dirigida por Dominique Monfery en 2009, y estrenada en España en 2011. A diferencia de otras películas que son adaptaciones de novelas, esta película fue la inspiración de una novela gráfica editada en 2010 bajo el título de “Nat y el secreto de Eleonora”.

A pesar de que Natanaël tiene casi siete años, aun no sabe leer. Por lo que se lleva una desagradable sorpresa cuando su tía Eleonora le deja como herencia una biblioteca, con la mas valiosa colección de cuentos del mundo.

Pero hay algo que el no sabe, que al anochecer los personajes de los libros cobran vida: Pinocho, la Bruja mala, las Hadas, Alicia, Garfio… le cuentan a Natanaël que se encuentran en grave peligro. Puede que desaparezcan y que las historias a las que pertenecen se borren para siempre. Relatos que han emocionado y divertido a niños de todo el mundo quedarían en el olvido.

Para evitar la desaparición, Natanaël tendrá que adentrarse en una gran aventura llena de peligros, para tratar de solucionar tan grave problema.

La película es, ante todo, un homenaje a los libros y una motivación a la lectura de las viejas historias de los cuentos de hadas. El esfuerzo de Natanaël por ayudar a sus amigos, es para que esas viejas historias no desaparezcan.

LA VALENTIA, LA RESPONSABILIDAD, LA AMISTAD, EL CORAJE, LA CONFIANZA EN UNO MISMO, LA PERSEVERANCIA son algunos de los valores de los que hace gala Natanaël.

A cambio de su dedicación lo que Natanaël recibe es el DON DE LA LECTURA.

Harold Bloom, en su libro “Cómo leer y por qué” (Anagrama 2000) afirma que hoy en día, disponemos de todos los conocimientos al alcance de la mano, pero se pregunta: “¿Y la sabiduría que nos permite utilizarlos bien?”

Hemos ganado en conocimientos, pero hemos perdido en “sentido común”, porque hemos acabado con todos los VALORES que lo posibilitan: LA SOLIDARIDAD, LA CONFIANZA, LA RESPONSABILIDAD, Y UN LARGO etc., de valores que nos transmitían las antiguas historias y que están perdidos con las mismas.

Bruno Bettelheim, en su libro “Psicoanálisis de los cuentos de hadas”, nos habla de las cualidades educativas de las historias tradicionales.

Los cuentos de hadas presentan al que escucha o lee, la realidad tal cual es. Con toda su crudeza: El Amor/Odio, el miedo al abandono, la angustia, el sufrimiento, la vejez, la muerte…

Los personajes, aunque ideales, son de “carne y hueso”; las historias aun siendo fantásticas, son muy cotidianas: en ellas se repite, con toda su crudeza nuestro mundo actual.

En la época en la que aparecieron los cuentos, no estaban pensados para los niños. Los finales, aunque felices, estaban marcados por la violencia y la muerte. Aunque se contaban entre adultos, también servían para los niños por que CONTABAN REALIDADES QUE ERAN MUY HABITUALES.

El tema de la muerte, el abandono de los padres: los cuentos tienen muy en cuenta las angustias de los niños. Los cuentos NO DICEN… ¡ESO NO ES NADA! ¡NO PASA NADA!

Muy por el contrario dicen: ¡ESO ES TERRIBLE! Pero no te preocupes, todos pasamos por ahí, todos afrontamos las dificultades y acabamos por superarlas. Proponen soluciones asumibles. En su formato son un principio de realidad y permiten al niño una fácil identificación con los personajes y con el mensaje.

Uno de los objetivos de los cuentos de hadas es “dar confianza”; y si el parecido es mucho con lo que vive el niño lo inquietaría mas que tranquilizarlo.

Desde el comienzo, y por ello, el cuento no nos habla de hechos, personas y lugares reales… la imprecisión del cuento pone distancia entre nosotros y el mundo que nos describe.

La historia no se sitúa en un espacio/tiempo inmediato sino en la “realidad interior del niño”.

ERASE UNA VEZ…

EN UN PAIS, MUY, PERO QUE MUY LEJANO…

Luego, cuando se hayan solucionado los problemas, de llegar a un final feliz, entonces el niño vendrá a las cosas de la realidad. Que de ahora en adelante LE DARAN MENOS MIEDO, porque el final del cuento siempre está situado en el terreno de lo familiar.

Un ejemplo nos lo trae CENICIENTA que no conquista al príncipe por sus vestidos, sino por lo que realmente es reconocida: por su valor como persona.

Una época angustiosa para los niños ha sido el CONFINAMIENTO (estar encerrados) hay personajes de cuento que han pasado por ese encierro y lo superaron: Rapunzel, Hansel y Gretel, Blancanieves, los tres cerditos… tuvieron que refugiarse en pequeñas casas para no verse devorados por fieras, brujas y Ogros.

No todas las historias son iguales y se hace preciso hacer la distinción que realiza Bruno Bettelheim:

Una cosa son los CUENTOS MITOLOGICOS, OTRA LAS FABULAS Y OTRA BIEN DISTINTA SON LOS CUENTOS DE HADAS.

MITO: El personaje del mito es un héroe prácticamente inalcanzable. con unas grandes virtudes, al que solo lo podemos ver desde abajo. Podemos tratar de imitarlo, pero jamás lo alcanzaremos. Ejemplos son HERCULES O PERSEO.

FABULAS: Nos explican la moraleja al final de la historia. Cualquiera puede ver la enseñanza. Esto pone en guardia al niño donde desconfía de todos, sobre todo de si mismo.

CUENTO DE HADAS: No tiene una moreleja al final de la historia. Los personajes no son dioses o superhéroes. Solo te cuentan la historia. Ofrecen a los niños soluciones que están al alcance de su comprensión. El niño asimila el mensaje de manera inconsciente y lo adopta dentro de su esquema mental resolviendo un conflicto interno.

La pregunta que se hace el niño cuando escucha el cuento NO ES:

¿Quiero ser bueno?

La pregunta que se hace es:

¿A quien quiero parecerme?

No es el aprendizaje de una moraleja, sino la seguridad de que PUEDE SALIR ADELANTE A PESAR DE LAS DIFICULTADES.

El encanto de los CUENTOS DE HADAS reside en que el niño se siente COMPRENDIDO. AUNQUE NO SABE COMO NI PORQUE… LE GUSTAN LOS CUENTOS, LOS NECESITA Y LOS RECORDARA TODA LA VIDA.

El planteamiento de Bruno Bettelheim, es haber podido constatar que algunos adolescentes o adultos -de aquellos que no han crecido con la “magia”, con la “fantasía”, con los “sueños”, con la “imaginación”, A UNA EDAD DONDE QUE OCURRA TODO ESO ES BENEFICIOSO- SON INCAPACES DE AFRONTAR LOS RIGORES DE LA VIDA ADULTA.

La creatividad o la imaginación son fundamentales para afrontar las incertidumbres que ofrece la vida. Si no se fomentan a ciertas edades, después resulta difícil que emerjan cuando necesitamos “formulas creativas” para enfrentarnos a la vida.

La imaginación, la diversidad y la creatividad son atributos que se siembran.

Un cuento que he encontrado durante el confinamiento viene a clarificar algo de lo que digo.

Fue distribuido poro Antena3 Noticas.

Publicado el 20/4/2020

La Autora es Helen Buckley

El titulo es: “El niño”

Érase una vez un niño que acudía por primera vez a la escuela. El niño era muy pequeñito y la escuela muy grande. Pero cuando el pequeño descubrió que podía ir a su clase con sólo entrar por la puerta del frente, se sintió feliz.

Una mañana, estando el pequeño en la escuela, su maestra dijo: Hoy vamos a hacer un dibujo. Qué bueno- pensó el niño, a él le gustaba mucho dibujar, él podía hacer muchas cosas: leones y tigres, gallinas y vacas, trenes y botes. Sacó su caja de colores y comenzó a dibujar.

Pero la maestra dijo: – Esperen, no es hora de empezar, y ella esperó a que todos estuvieran preparados. Ahora, dijo la maestra, vamos a dibujar flores. ¡Qué bueno! – pensó el niño, – me gusta mucho dibujar flores, y empezó a dibujar preciosas flores con sus colores.

Pero la maestra dijo: – Esperen, yo les enseñaré cómo, y dibujó una flor roja con un tallo verde. El pequeño miró la flor de la maestra y después miró la suya, a él le gustaba más su flor que la de la maestra, pero no dijo nada y comenzó a dibujar una flor roja con un tallo verde igual a la de su maestra.

Otro día cuando el pequeño niño entraba a su clase, la maestra dijo: Hoy vamos a hacer algo con barro. ¡Qué bueno! pensó el niño, me gusta mucho el barro. Él podía hacer muchas cosas con el barro: serpientes y elefantes, ratones y muñecos, camiones y carros y comenzó a estirar su bola de barro.

Pero la maestra dijo: – Esperen, no es hora de comenzar y luego esperó a que todos estuvieran preparados. Ahora, dijo la maestra, vamos a dibujar un plato. ¡Qué bueno! pensó el niño. A mí me gusta mucho hacer platos y comenzó a construir platos de distintas formas y tamaños.

Pero la maestra dijo: -Esperen, yo les enseñaré cómo y ella les enseñó a todos cómo hacer un profundo plato. -Aquí tienen, dijo la maestra, ahora pueden comenzar. El pequeño niño miró el plato de la maestra y después miró el suyo. A él le gustaba más su plato, pero no dijo nada y comenzó a hacer uno igual al de su maestra.

Y muy pronto el pequeño niño aprendió a esperar y mirar, a hacer cosas iguales a las de su maestra y dejó de hacer cosas que surgían de sus propias ideas.

Ocurrió que un día, su familia, se mudó a otra casa y el pequeño comenzó a ir a otra escuela. En su primer día de clase, la maestra dijo: Hoy vamos a hacer un dibujo. Qué bueno pensó el pequeño niño y esperó que la maestra le dijera qué hacer.

Pero la maestra no dijo nada, sólo caminaba dentro del salón. Cuando llegó hasta el pequeño niño ella dijo: ¿No quieres empezar tu dibujo? Sí, dijo el pequeño ¿qué vamos a hacer? No sé hasta que tú no lo hagas, dijo la maestra. ¿Y cómo lo hago? – preguntó. Como tú quieras contestó. ¿Y de cualquier color? De cualquier color dijo la maestra. Si todos hacemos el mismo dibujo y usamos los mismos colores, ¿cómo voy a saber cuál es cuál y quién lo hizo? Yo no sé, dijo el pequeño niño, y comenzó a dibujar una flor roja con el tallo verde.”

FIN

Matilda, la protagonista de la película con su mismo nombre, necesita de los libros para enfrentarse a la dura existencia que le propicia su familia.

Nim, en una isla desierta, cuando desaparece su padre llama a su héroe favorito, el aventurero Alex Rover.

David, el padre adoptivo del “niño de marte”, señalaba al comienzo de la película:

“Encontré mi escapatoria a través de mis historias. Mi imaginación era como un cohete que me llevaba muy lejos, donde podía observar la vida a una distancia segura, que supongo es lo que hago ahora con mis libros. Por infeliz que fuera de niño yo era un escritor realmente afortunado.” 

Totó en “Cinema Paradiso”.

Alicia en el País de las Maravillas.

Y tantos otros que han podido soñar como Hugo y su Invención…

En palabras de Bettelheim: “Tengo la certeza de que una comprensión adecuada de las excelentes cualidades de los cuentos tradicionales, llevaran a padres y maestros a concederles de nuevo el papel central que durante siglos han ocupado en la vida de las personas. Cuantas historias que nos llegan profundamente y nos transmiten de forma visible valores irrenunciables”

Los alumnos tienen que leer porque es un ejercicio sano y de sentido común. Y POR SUPUESTO, NO SOLO CUANDO SE TENGA QUE HACER DEBERES.

Los cuentos tradicionales deben estar, junto con la nueva literatura en las aulas de Infantil y de primaria.

Si los alumnos solo leen para hacer trabajos escolares no disfrutarán de la lectura plenamente y habrá pocas posibilidades de que lleguen a AMARLA Y A CONVERTIRSE EN LECTORES.

He dejado para el final “Mis tardes con Margueritte”, donde en un dialogo corto pero exquisito, sabiendo que ella esta leyéndole a Germain, Margueritte le dice:

“-Usted es un buen lector.

-Si yo no leo -protesta él.

-Si que lee, porque escucha -le aclara ella”.

¿Cuantas y cuantas veces nuestros hijos, o nietos, o sobrinos, o hermanos pequeños nos piden que les leamos un cuento antes de dormir…? ¿Y cuantas veces se tranquilizan y duermen? Y muchas veces se trata del mismo cuento…

Pues de eso ha ido esta entrada tan larga: un buen lector es alguien que antes ha escuchado. Si tenemos paciencia como padres, abuelos, profesores, Etc. OBTENDREMOS UNA “ESPECIE RARA” DE SUJETO HUMANO: ALGUIEN QUE ESCUCHA y QUE LEE.

TRAILER DE LA PELICULA “KERITY, LA CASA DE LOS CUENTOS”

La película se puede ver en PRIM VIDEO.

POSVISIONADO

¿Hay algún cuento de hadas que prefieras?

¿Y un personaje preferido?

¿Recuerdas cual fue la primera película que viste?

PARA REFLEXIONAR

“Si algo tienen en común los hombres de este mundo es que ninguno puede vivir sin sueños”.

“El hecho de que algo sea inventado, no significa que no exista”.

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